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El Consejo Regulador comenzó ayer lunes en el conjunto de las áreas de la D. O. Calificada Rioja el seguimiento de maduración de la uva, importante servicio que presta este organismo con el objetivo de favorecer la obtención de la máxima calidad en los vinos elaborados. Los resultados de los análisis de las muestras recogidas por los veedores del Consejo permiten ofrecer un primer balance cualitativo de la situación actual y perspectivas de la cosecha 2008.
Según las conclusiones del primer Boletín de Maduración publicado por el Consejo, la situación general del viñedo a fecha actual es buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, y la evolución de la maduración puede calificarse como correcta, con un buen equilibrio entre los diferentes parámetros de color, acidez, grado alcohólico, etc.
Respecto a las tres últimas campañas, el ciclo actual presente un retraso de unos ocho días, por lo que la previsión actual es que la vendimia pueda desarrollarse a partir de mediados de septiembre en las zonas más tempranas, como suele ser tradicional en Rioja.
De acuerdo con el informe realizado por los servicios técnicos del Consejo Regulador, la evolución general del viñedo hasta finales de agosto ha sido buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, destacando como incidencias más relevantes la suficiente cantidad de aporte hídrico para cubrir las necesidades del ciclo, gracias a las abundantes lluvias primaverales, y el riesgo de enfermedades criptogámicas, cuya repercusión será poco significativa, ya que ha sido perfectamente controlado por la actuación de los viticultores. Finalmente, respecto al potencial productivo de la cosecha 2008, los datos comparativos obtenidos en los viñedos de referencia al final del cuajado y la espergura, valorando el número de racimos y tamaño de los mismos, permiten deducir un potencial de producción moderado en variedades tintas y blancas.
El control de maduración de la uva, al servicio de la calidad del Rioja
El control de maduración de la uva es un importante servicio que el Consejo Regulador presta a todos los viticultores y tiene como finalidad facilitarles información técnica sobre las fechas de vendimia más adecuadas en cada localidad en función de la evolución del viñedo, aspecto fundamental a la hora de obtener la máxima calidad en los vinos elaborados.
Las muestras recogidas por los veedores del Consejo son analizadas en los tres laboratorios oficiales de la Denominación: Estación Enológica de Haro, Estación Enológica de Olite y Casa del Vino de Laguardia. Los parámetros analizados son los que, al alcanzar el equilibrio idóneo entre sí, permiten determinar el momento óptimo de madurez de la uva: peso de la uva, grado alcohólico probable, acidez total tártrica, pH, ácido málico, potasio, índice de polifenoles totales, antocianos e intensidad colorante.
En cuanto a la metodología que se sigue para la toma de muestras, se subdivide el territorio de la D.O. en 20 zonas vitícolas, dada la diversidad climática que presenta, coincidiendo la variación con su orografía y con la gradación progresiva de la altura del valle del Ebro, cuyas cotas van de 300 a 700 m. Los viñedos 'testigo' -55 en total- se han elegido teniendo en cuenta su grado de representatividad de la zona en que se ubican, tomándose en cada uno de ellos 100 bayas de 33 cepas diferentes (dos bayas son del hombro y una del ápice de cada racimo).
El boletín de resultados publicado por el Consejo especifica la localidad y paraje en que ha sido tomada cada una de las muestras, dato que sumado al de variedad, altitud y año de plantación del viñedo 'testigo' permite al viticultor establecer una comparación con sus propios viñedos en función de su ubicación y características. El Consejo realiza semanalmente este control hasta el comienzo de la vendimia en cada zona.